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Este producto tiene el poder de hacer hablar a un niño si le cuesta empezar. Una de las razones por las que los niños pequeños no hablan puede ser la falta de una experiencia sensorial que les permita conectar más fácilmente lo que ven, oyen y sienten con una palabra que pertenece a un objeto determinado. Además, este producto también ofrece un elemento divertido. El niño ve claramente que la imagen no está completa y le pide que actúe. La alegría que experimenta al saber exactamente que al coche le faltan ruedas. A diferencia de un padre que obliga al niño a nombrar la palabra, el niño la dirá por sí mismo. Es lo mismo que si hubieras adivinado un acertijo. Tú también te alegras y al instante presumes de saberlo. ¿Es cierto? El niño hace lo mismo con este producto. No tienes que obligarlo a decir nada. Y no importa si no conoce la palabra. Con la plastilina, con la que completará la parte que falta, te demostrará claramente que comprende las conexiones y entiende lo que ve y percibe. Es lo importante. Sin estas habilidades, el niño no usará palabras.
Sin embargo, también apreciarás estas plantillas con niños mayores. Mi hijo de casi ocho años jugó un rato con ellas... bueno, la verdad es que yo también las disfruto.
